Odio o amor al gato
El gato despierta grandes amores o grandes odios, difícilmente indiferencia.
En la historia (asignatura a la que deberíamos recurrir cuando buscamos explicaciones para algo) nos cuenta de los grandes amores: Egipto y la adoración al gato.
Es "adoración", mucho más que amor.
Una anécdota histórica que da cuenta de ese irrefrenable amor de los egipcios por los gatos, nos dice:
Que el rey de Persia, Cambises II, hijo de Ciro el grande usó un artilugio para vencer fácilmente a los egipcios en la ciudad de Pelusio, que la tenía sitiada y no podía doblegarla.
Puso a sus 600 guerreros en primera fila de la formación del combate cada uno con un gato entre sus brazos. Los egipcios se rindieron sin presentar batallas por temor a lastimar ni a uno sólo de esos gatos.
Volviendo a nuestros tiempos es común ver a muchas personas que son verdaderas amantes de los gatos y ese amor se ve en:
* Tenerlos como compañeros de vida en sus hogares.
* Participando de diversas maneras con gatos abandonados.
* Criando esforzadamente diversas razas de gatos.
* Usando el arte para manifestar su admiración.
El amor al gato va siempre acompañado de admiración, de asombro, de respeto.
No es un amor confianzudo es un amor que impone cierta distancia, ciertos límites.
Es un amor pleno y libre. De tan enigmáticos que son nos cautivan con su refinamiento y suavidad.
Cuando vemos personas que odian o desprecian al gato, o al menos no le gustan para nada, y que no son pocas, vemos que siempre subyace el prejuicio y la superstición.
Si volvemos a nuestras bases históricas, recordamos la furia y la locura que inspiradas y llevadas a cabo por las iglesias dominantes de la edad media, exterminaron a millones de gatos, fundamentalmente negros por considerarlos encarnaciones del diablo.
Los gatos son los grandes sobrevivientes. Triunfaron contra tanta destrucción y maldad que se tuvo sobre ellos.
Todo lo malo acaecido a los gatos pertenece al campo de la locura, como así también las sectas actuales que hacen rituales con sacrificio cruel y despiadado de gatos en general y con preferencia de negros y blancos.
Tampoco hablamos de las ¿personas? que le hacen daño porque sí, por puro vandalismo.
Tampoco hablamos de las fobias ya que ésta es una enfermedad mental.
La fobia al gato se denomina: elurofobia o alurofobia (al no figurar en el diccionario se dice de una u otra forma)
Hay un cuento corto muy bueno del maestro Frederik Brown, al que recomiendo su lectura ya que es muy corto, muy gracioso y bastante significativo.
Hablamos del desprecio, del famoso "no me gustan los gatos" sin implicar ni violencia ni locura.
En todos subyace el prejuicio, tal vez heredado de las épocas medievales, que subsiste de generación en generación y fundamentalmente hablamos de ignorancia.
¿Qué otra cosa es el prejuicio y la superstición más que ignorancia y estupidez?
En general a las personas que no tienen empatía con las mascotas están demasiado ocupadas en mirarse su propio ombligo humano sin siquiera levantar sus orgullosos ojos al mundo que lo rodea y que existe más allá del género humano.
"El hombre tiene dos medios para refugiarse de las miserias de la vida: la música y los gatos."
Albert Schweitzer
Filósofo, médico, escritor, músico alemán.
PREMIO NOBEL 1952